jueves, 30 de junio de 2011

Lo sabés, no hay arma más seductora que contestar siempre la verdad.

"Nunca ande por el camino trazado, porque él sólo conduce adonde ya fueron otros." Alexander Graham Bell

lunes, 27 de junio de 2011

A los niños se les enseñan muchas cosas. Los que se pelean se aman. Nunca trates de cortarte el pelo solo. Hay que respetar a los mayores. No te ensucies cuando juegues. Un día conocerás a la persona de tus sueños y serán felices para siempre.
Cada película que vemos y cada historia que nos cuentan., imploran que esperemos a esa persona, al amor de nuestras vida. En el tercer acto, un giro inesperado ¿Un giro inesperado? La declaración de amor. La excepción a la regla.
A veces nos concentramos tanto en ese final feliz que nos inculcan de chiquitos que no aprendemos a interpretar las señales, a diferenciar entre los que nos quieren y los que no, entre los que se van a quedar y los que se van a ir.
Quizás el final feliz sos vos, solo, recogiendo lo que quedo y volviendo a empezar. Liberándote para encontrar algo mejor en el futuro. Quizás el final feliz solo consiste en seguir. O quizás este es el final feliz; saber que a pesar de todas las llamadas y los corazones rotos, a pesar de todos los errores y las señales malinterpretadas, a pesar de todo el dolor y la vergüenza, vos nunca, nunca, perdiste la esperanza.

He preferido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado.

He preferido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado.

He preferido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado.

He preferido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado.

He preferido hablar de cosas imposibles, porque de lo posible se sabe demasiado.

domingo, 26 de junio de 2011

Aprendí que la memoria no borra, esconde. Aprendí que el tiempo no cierra, pero ayuda a sanar. Aprendí a no ser vulnerable cuando dejaste de llamar. Aprendí a escuchar cuando oí tu silencio. Aprendí a pedir perdón cuando me di cuenta del error. Aprendí a levantar la cabeza cuando sentí odio y aprendí a llorar cuando me di cuenta de que no valió la pena. Aprendí a reír cuando soñé con tu sonrisa. Aprendí a recordar cuando entendí que todo vale la pena. Aprendí que no termina, que cambia de forma. Aprendí que se puede amar eternamente y aprendí que si compito contra el tiempo, siempre pierdo. Aprendí que nada es tan malo y que me gusta caminar en una carrera. Aprendí que hay que rodear y llegar al otro lado para darse cuenta de que siempre es lo mismo. Aprendí que los amores eternos pueden terminar en una noche, que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos. Aprendí que el amor no tiene la fuerza que imaginé. Aprendí que nunca conocemos a una persona de verdad, que todavía no inventaron nada mejor que el abrazo de mamá. Aprendí que el nunca más, nunca se cumple y que el para siempre, siempre termina. Aprendí que el que quiere puede y lo consigue. Aprendí que a veces el que arriesga no pierde nada y que perdiendo también se gana.

Y en el peor de los casos descubrirás que nunca aprendí a mentir, y que era cierto que te quería y me dolías algunas veces.