Hoy mi vida parece una sucesión de pequeños fracasos. Mujeres que no supe amar, oportunidades que no aproveché, momentos de felicidad que dejé escapar. Una carrera cuyo resultado conocía de antemano, pero no escogí al ganador. ¿Habré sido ciego y sordo, o hacía falta un desastre para que hallara mi verdadera naturaleza?
No hay comentarios:
Publicar un comentario